By Federico Barrios
Director
Especialista en Ética & Anticorrupción
Nicaragua
[email protected]

Mediante la publicación en junio de 2021 del Memorado de Estudio de Seguridad Nacional (NSSM-1), el presidente de los EE. UU, Joe Biden, reconoció a la corrupción internacional como un vector de riesgo para su seguridad nacional debido a la capacidad de esta para corroer la democracia y el estado de derecho en las naciones del mundo.

En atención a ello, se formó un grupo de trabajo para idear una estrategia definitiva y unificada enfocada en combatir la corrupción desde diversos frentes. La estrategia en sí en un resumen de algunas acciones que se han venido implementando y de otras nuevas que mejoraría el impacto global que el gobierno de EE.UU. pueda tener para atacar este problema.

Integrar la aplicación de la ya conocida FCPA (Foreign Corrupt Practices Act), con nuevas regulaciones antilavado de dinero y la implementación de Registro de Beneficiarios Finales, así como también alocar responsabilidad penal a los funcionarios públicos extranjeros que soliciten o aceptan sobornos, son solo algunas de las novedades que se esperan de la implementación de la estrategia.

En la formulación del documento se identificaron los siguientes 5 pilares fundamentales.

  1. Modernizar y coordinar esfuerzos del gobierno de EE.UU. en la lucha ante corrupción;
  2. Frenar las finanzas ilícitas;
  3. Alocar responsabilidad a los actores corruptos;
  4. Preservar y fortalecer la arquitectura anticorrupción multilateral;
  5. Mejorar el compromiso diplomáticas y aprovechas los recursos de asistencia exterior para avanzar en los objetivos;

Por el primer pilar se crearía un nuevo grupo de trabajo anticorrupción dentro del Departamento de Comercio que trabajará en conjunto con los recién formados grupos de trabajo dentro de USAID y Departamento del Tesoro en materia anticorrupción. Estos equipos se beneficiarán de un incremento en los recursos destinados a esta lucha y se fomentará el intercambio de información y técnicas de inteligencia intra-agencias e intergubernamental.

Para frenar el flujo de las finanzas ilícitas, los EE.UU. se compromete a revisar las deficiencias en su régimen antilavado de dinero incluyendo la activación del registro de beneficiarios finales de las estructuras jurídicas y en las transacciones de bienes raíces. Estos esfuerzos pueden incluir la implementación de regulaciones para exigir reportes a asesores de inversión, y que se regulen otras profesiones necesarias en el proceso de movimientos de capitales como los abogados, contadores y proveedores de servicios de fideicomiso y para empresas.

Para mejor identificar y castigar a todos los responsables en una relación corrupta, se intentará mejorar la aplicación de la FCPA y su relación con lavado de dinero (ganancias ilícitas provenientes de sobornos). Además, se ejecutará un programa piloto para recuperación de activos afectados por cleptocracia y se mejorará el programa de responsabilidad global de la USAID.

El tercer pilar puede ser el que más involucre al sector empresarial ya que una de sus líneas de trabajo es fomentar la adopción y aplicación de programas de cumplimiento anticorrupción en empresas estadounidenses e internacionales, así como la inclusión de provisiones anticorrupción en los acuerdos comerciales.

Otros esfuerzos van dirigidos a mejorar el esquema y dar garantías a los actores anticorrupción como activistas, periodistas y denunciantes (whistleblowers).

Tal vez lo más importante de esta estrategia, es que marca el inicio de un plan de acción que presupone una visión de la corrupción como un tema transnacional y que afecta la economía, gobernabilidad y nivel de vida y esfuerzos en la lucha contra la pobreza, tanto de países en vías de desarrollo como de las potencias económicas.

La publicación del documento marca el este punto de partida, pero también se compromete a llevar un seguimiento y esquema de autorregulación a los pilares establecidos, exigiendo reportes periódicos sobre los resultados y alcances de cada línea de acción.

Los próximos meses prometen ser bastante interesantes para el sector legal y de cumplimiento a nivel global, y para Latinoamérica en particular como parte de la esfera de influencia principal del gigante norteamericano.

By Federico Barrios
Director
Especialista en Ética & Anticorrupción
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